Esta luna pacífica,
este rumor discreto de ciudades nocturnas,
una mesa sin horas
y unos cuantos amigos verdaderos.

Mis amigos escriben, hacen canciones, pintan.
La noche y la alegría son palabras.
El alcohol, la lealtad, la irreverencia,
la libertad, la historia, son palabras también,
palabras solamente.

Pero no se me olvida
que el idioma es la patria del poeta. [...]

L. García Montero. "Un Invierno Propio".
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